💊 La tentación de los suplementos.
Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, es común que familiares o conocidos recomienden suplementos de vitaminas, minerales o productos naturales “para fortalecer” o “curar”. Sin embargo, no todos los suplementos son seguros ni necesarios durante el tratamiento oncológico.
🧪 Lo que dice la evidencia científica:
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La mayoría de las pacientes pueden cubrir sus necesidades de vitaminas y minerales con una dieta equilibrada.
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En algunos casos concretos (déficit de vitamina D, hierro, B12…), el equipo médico puede indicar un suplemento.
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Tomar suplementos por cuenta propia puede interferir con la eficacia de la quimio, la radio o la inmunoterapia. Por ejemplo:
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Altas dosis de antioxidantes (vitamina C, E, betacarotenos) pueden reducir la acción de ciertos tratamientos.
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La hierba de San Juan (usada para la depresión) interfiere con medicamentos oncológicos.
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⚠️ Riesgos de la automedicación con suplementos:
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Interacciones con los fármacos.
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Efectos secundarios inesperados (hepatotoxicidad, alteraciones de coagulación, problemas renales).
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Retrasar o sustituir terapias médicas basadas en evidencia.
👩⚕️ La recomendación clave.
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Nunca tomar suplementos sin consultarlo antes con el oncólogo o el dietista-nutricionista especializado en oncología.
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Los suplementos solo deben usarse cuando hay una indicación médica clara y en la dosis recomendada.
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Priorizar siempre la alimentación como principal fuente de nutrientes.
✨ Conclusiones
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🚫 Los suplementos no deben tomarse sin control: pueden interferir con los tratamientos oncológicos.
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✅ En algunos casos (déficit comprobados) el médico puede recomendar vitaminas o minerales específicos.
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🥦 Una dieta variada y equilibrada suele cubrir las necesidades nutricionales de la mayoría de las pacientes.
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👩⚕️ La regla de oro: siempre consultar antes de iniciar cualquier suplemento.