💧 El agua es vida.
Mantenerse bien hidratada es fundamental para el funcionamiento del cuerpo, y en el caso de una persona con cáncer, cobra aún más importancia. El agua ayuda a regular la temperatura, transportar nutrientes, eliminar desechos y mantener los órganos en buen estado.
⚖️ Durante el tratamiento.
Los tratamientos oncológicos (quimio, radio, inmunoterapia) pueden aumentar el riesgo de deshidratación, ya sea por vómitos, diarrea, fiebre o sudoración. La falta de líquidos puede agravar los efectos secundarios, provocar mareos, estreñimiento, fatiga o incluso complicaciones renales.
🥤 Beneficios de una buena hidratación:
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Favorece la eliminación de toxinas generadas por los tratamientos.
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Reduce el riesgo de estreñimiento y problemas digestivos.
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Mejora la tolerancia a la quimioterapia y radioterapia.
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Ayuda a mantener la energía y la concentración.
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Protege la salud de riñones y vejiga, órganos que trabajan más durante los tratamientos.
🍵 Formas de hidratarse.
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Agua como opción principal.
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Infusiones suaves, caldos vegetales y agua con limón pueden ayudar a variar el sabor.
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Frutas y verduras ricas en agua (sandía, melón, pepino, naranja) también contribuyen a la hidratación.
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Evitar refrescos azucarados, alcohol y exceso de café, que pueden deshidratar.
👩⚕️ Recomendación práctica.
En general, se recomienda beber entre 1,5 y 2 litros de líquidos al día, ajustando según el peso, la actividad física y los efectos del tratamiento. Si hay vómitos o diarrea, el equipo médico puede indicar soluciones de rehidratación oral.
✨ Conclusiones
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💧 La hidratación es esencial para el bienestar y la recuperación durante el cáncer.
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✅ Ayuda a eliminar toxinas, reducir efectos secundarios y mantener energía.
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🍉 Se logra no solo con agua, sino también con infusiones suaves, caldos y alimentos ricos en agua.
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🚫 Conviene limitar alcohol, refrescos y exceso de cafeína, que favorecen la deshidratación.